
Test automático de alumbrado de emergencia
En este artículo vamos a repasar cómo la automatización en una empresa también supone un ahorro extra, prescindiendo de un servicio externo para realizar las pruebas necesarias en el alumbrado de emergencia.
Datos de partida
El alumbrado de emergencia, según el Código Técnico de la Edificación, es obligatorio en los siguientes casos:
- Recintos con un aforo superior a 100 personas.
- En recorridos de evacuación hasta puntos de encuentro o zonas de refugio.
- Aparcamientos cubiertos de más de 100 m2.
- Locales con equipos generales de las instalaciones de protección contra incendios y los de riesgo especial.
- Aseos generales en edificios públicos.
- Zonas donde existan cuadros eléctricos.
- Las señales de seguridad.
- Los itinerarios accesibles.
Según la norma UNE-EN-50172, las luces de emergencia deben ser examinadas regularmente para asegurar su correcto funcionamiento.
Una de las pruebas a realizar anualmente es la comprobación de la autonomía de los equipos, dejando un libro de registro.
Normalmente, estas pruebas se hacen fuera del horario laboral, ya que tras las pruebas los equipos quedan totalmente descargados y es necesario que cuando vuelva a haber actividad en la empresa, las emergencias estén completamente cargadas.
Un día, hablando con mi cliente, me contaba que realizar estas pruebas le costaba unos 400 € al año. Y de medio broma me dijo: «¿Y esto no lo puede hacer la domótica?».
Me quedé pensativo y le dije: «Pues no lo sé, pero déjame que le eche una pensada y te cuento.»

Solución
Tras unos días dándole vueltas, llegué a la solución.
Esta empresa ya cuenta con muchos elementos domóticos colocados tanto para la seguridad del edificio como para el control energético. Por lo tanto, contaba con detectores de presencia en todas las estancias y pasillos.
Estos detectores de presencia, no solo determinan la presencia de personas en una sala, sino que detectan movimiento, ruido y, lo más importante en este caso, mide el nivel de luminosidad.
Por lo tanto, únicamente nos quedaba programar la instalación. Tan solo tuve que hacer que cada 6 meses (aunque la norma es una vez al año, mi cliente preferió hacerlo cada 6 meses), a las 3 de la mañana, cuando no hay nadie en las oficinas, se cortara la alimentación del alumbrado.
Desde ese momento, se activa un temporizador de una hora y cinco minutos, ya que la norma dice que la autonomía de estos equipos debe ser superior a 1 hora. Los sensores de luminosidad que incorporan los detectores de movimiento van registrando la luminosidad en cada una de las estancias del edificio.
Si pasado el tiempo programado, el sistema registra todos los datos: fecha, hora, intensidades medidas, etc.
Si terminado este tiempo la intensidad medida por los sensores sigue siendo la misma, quiere decir que el sistema de baterías que alimenta estos equipos está funcionando correctamente.
De lo contrario, si antes de que el temporizador termine el nivel de luminosidad cae a cero, quiere decir el sistema de baterías no ha durado el tiempo esperado y, por lo tanto, hay que reemplazarlo.
Justo en este momento el sistema manda automáticamente un correo electrónico a la dirección (mi cliente) y al encargado del mantenimiento de la empresa.

Ingeniero especializado en domótica KNX · Loxone