
Ventilación según la calidad del aire y la ocupación
En este post vamos a ver cómo podemos automatizar el sistema de ventilación de una vivienda en función de la calidad del aire y de la ocupación, con el objetivo de reducir el consumo energético y aumentar el confort de la vivienda.
Datos de partida
Para mantener una calidad de aire saludable dentro de un edificio es fundamental tener en cuenta la ventilación.
En los edificios más antiguos no era necesario tener tan presente la ventilación, ya que las construcciones no eran tan estancas respecto al exterior y siempre había intercambio de aire a través de las filtraciones que se producían en revestimientos, juntas de puertas y ventanas, etc. Sin embargo, actualmente, la calidad de los aislamientos constructivos y de las carpinterías que utilizamos hacen que las pérdidas de energía que se produzcan en un edificio sean casi nulas. Algo bueno, ya que conseguimos edificios con una eficiencia energética muchísimo mayor, pero con una desventaja: que el intercambio de aire fresco con el exterior es muy inferior o casi nulo.
Para solventar esta desventaja, se instalan sistemas de ventilación mecánica controlada (VMC). Este sistema se encarga de expulsar el aire viciado del interior e introducir aire fresco del exterior haciendo un intercambio de calor entre ambos flujos de aire para evitar una pérdida energética.
La ventilación dentro de un edificio se determina con el número de renovaciones de aire por hora en función del aforo o la ocupación del espacio. A pesar de ello, este enfoque resulta poco eficiente y puede llevar a la unidad de ventilación a trabajar en un régimen por encima al necesario en la mayoría de las ocasiones.
Y aquí es donde entra en juego la domótica con la automatización de la instalación de ventilación. El objetivo será tener en cuenta tanto la ocupación como el nivel de CO2 para mantener siempre una calidad saludable del aire con el menor gasto energético.

Solución
El sistema domótico de la vivienda controlará los niveles de CO2 y humedad de cada estancia a través de un sensor que hemos instalado. En el momento en que alguno de estos valores esté por encima de los niveles establecidos, el nivel de intensidad del sistema de ventilación se regulará automáticamente.
A través de los detectores de presencia, el sistema determina qué estancias están ocupadas, aumentando la velocidad de ventilación en las habitaciones donde sea necesario.
Si los niveles de CO2 y humedad superan cierto límite, se activa un modo «Refuerzo». Esto asegura que se produzca el mayor intercambio de aire posible en poco tiempo. Sin embargo, para evitar que las fuertes corrientes de aire y el ruido causado por la salida de un alto caudal pueda crear disconfort entre los ocupantes, este modo se desactiva si la estancia está ocupada.
A su vez, el sistema monitoriza la temperatura exterior y la compara con la temperatura interior. Si, por ejemplo, la temperatura exterior es inferior a la interior y la habitación está por encima de la temperatura deseada, el sistema de ventilación se pone en funcionamiento para enfriar la estancia sin la necesidad de activar el sistema de refrigeración. Esta función también se activaría en el caso contrario, es decir, si la temperatura exterior es superior a la interior y la habitación está por debajo de la temperatura deseada, aumentando la temperatura de la estancia sin necesidad, en este caso, de activar la calefacción.
Esta automatización nos permite mantener una calidad de aire saludable en el interior de nuestro hogar o negocio, controlando los niveles de trabajo del sistema de ventilación y, por lo tanto, reduciendo el consumo energético.

Ingeniero especializado en domótica KNX · Loxone